A mediados de 1941 casi toda Europa estaba ocupada por los nazis y es que hasta ese momento ningún ejército del continente había podido hacer frente a la Wehrmacht, esa combinación letal de Luftwafe, Heer, Kriegsmarine y Waffen-SS, aunque nada extraño estando como estaban estancados en estructuras y estrategias más propias del siglo XIX. Aunque hubieron visionarios de cómo debían modernizarse los ejércitos (De Gaulle en su obra "Vers l'Armée de métier) sus propuestas cayeron en saco roto, bueno, para ser más precisos cayeron en el saco equivocado, pues la Blitzkrieg no es sino la aplicación práctica de las lecciones que aparecieron en ese libro de De Gaulle que curiosamente le llevó al ostracismo dentro del ejército francés.
La única potencia que había conseguido mantenerse relativamente intacta había sido Gran Bretaña, gracias al canal y sobre todo a que pudo mantener sus pocos efectivos tras el repliegue llevado a cabo en Dunkerque. Esa huida sería una espina clavada en el ejército británico que quiso quitarse cuanto antes.
Había pasado año y medio desde aquella operación cuando el ejército británico planeaba una incursión al continente, en Noruega, a la fortaleza de Hitler. En el transcurso de ese año y medio Europa cayó y salvo el frente soviético que se estaba abriendo y aliviaba la presión sobre las islas (recordemos que habían podido repeler un año antes la Operación León Marino, un intento de invasión de las Islas), no había oposición al ejército alemán.
Tras el episodio de Dunkerque comenzarían a planear la manera de erosionar esa hegemonía, pero no podían hacerlo de tú a tú, existía una evidente desproporción de fuerzas, ante este hecho recurrieron a algo tan sencillo como las lecciones previas que podían encontrar en la historia. Ejemplos en los que un ejército en desventaja puso en jaque a ejércitos mucho mayores y mejor organizados sobraban, pero había 3 muy significativos que mostrarían el camino a seguir: escarceos y guerra de guerrillas.
Dicho y hecho, pondrían en práctica la medicina que ellos recibieron por dos veces, habida cuenta de que no podían enfrentarse en un cara a cara realizarían operaciones especiales que si bien no minarían la capacidad de la Wehrmacht si supondrían grandes inyecciones de moral y sobre todo, mantendrían entretenido al ejército y alejado de las zonas de elevado interés para los aliados, el mediterráneo y oriente medio concentrando las operaciones en el norte de Europa.
El término escogido para designar a esos pequeños grupos de operaciones especiales no fue complicado, lo sufrieron en sus propias carnes y es que es un término afrikáner que significa unidades militares, los COMANDOS. Al fin y al cabo el primer encargado de diseñar y desarrollar esta nueva fuerza operativa sería el teniente coronel Dudley Clarke, de origen sudafricano, formando esos comandos con integrantes de las desactivadas Compañías Divisionales Independientes. Aunque el nombre gustaba a Churchill no eran de la misma opinión numerosos oficiales del ejército precisamente por el infausto recuerdo de esos comandos y preferían referirse a ellos como"servicio especial", ambos términos convivieron hasta el final de la guerra.
Cada comando consistía en un cuartel general más 10 pelotones de 50 hombres, cada uno de los cuales incluía 3 oficiales (hasta 1941, cuando se organizaron 6 secciones de 65 hombras por cada Comando). Se crearon 30 comandos durante la guerra dentro del Ejército, los Marines Reales, la Royal Navy y la RAF junto con otras unidades de Fuerzas Especiales. Los del Ejército y Marines Reales se organizaron finalmente en 4 Brigadas.
Evidentemente empezar de cero tiene sus inconvenientes y casi sin tener tiempo para atarse las botas se vieron inmersos en su primera operación. Ésta era bien sencilla, pretendían cruzar el canal y atacar cuatro puntos al sur de Boulogne para poner a prueba las defensas alemanas y capturar algún soldado enemigo.
115 hombres en cuatro lanchas se lanzaron a la aventura la noche del 24 de junio de 1940. El resultado daría para una muy buena película, tal vez de la mítica Ealing,
La primera lancha se desorientó y desembarcó en una zona desierta, después de dar vueltas como tontos por la dunas durante varias horas decidieron volver a Inglaterra. Una segunda lancha sí llegó hasta un embarcadero con varios hidroaviones alemanes pero visto lo visto (inferioridad numérica manifiesta y 100% de probabilidades de palmar si entablaban un enfrentamiento directo) optaron al igual que la primera lancha por dar media vuelta.
Quedaban dos, pero gloria ninguna, la tercera lancha sí había conseguido su objetivo (o no), se cepillaron a un par de soldados alemanes y tras la euforia del hecho salieron a toda velocidad hacia Inglaterra para contarlo, una vez allí se dieron cuenta que ni habían registrado a esos soldados para obtener alguna información valiosa ni se habían preocupado en averiguar qué estaban custodiando esos dos guardias. La cuarta lancha podría recoger algo de gloria para repartir entre todos, aunque tocasen a poca, pero tampoco estuvo por la labor. A ésta se le estropeó la brújula y a punto estuvieron de entrar en el puerto de Boulogne, percatáronse del error y desembarcaron en una playa cercana desierta... vale, no tanto, había una patrulla de soldados alemanes EN BICICLETA, se produjo un enfrentamiento en el que resultó herido en una pierna un soldado por lo que dieron media vuelta como el resto.
Inicio glorioso no creo que pueda considerarse, eso sí, es evidente que no desistieron y aprendieron de sus errores, otro día contamos su primer éxito.
Fuente: Operaciones secretas de la 2ª Guerra Mundial, Jesús Hernández, Ed. Nowtilus
La única potencia que había conseguido mantenerse relativamente intacta había sido Gran Bretaña, gracias al canal y sobre todo a que pudo mantener sus pocos efectivos tras el repliegue llevado a cabo en Dunkerque. Esa huida sería una espina clavada en el ejército británico que quiso quitarse cuanto antes.
Había pasado año y medio desde aquella operación cuando el ejército británico planeaba una incursión al continente, en Noruega, a la fortaleza de Hitler. En el transcurso de ese año y medio Europa cayó y salvo el frente soviético que se estaba abriendo y aliviaba la presión sobre las islas (recordemos que habían podido repeler un año antes la Operación León Marino, un intento de invasión de las Islas), no había oposición al ejército alemán.
Tras el episodio de Dunkerque comenzarían a planear la manera de erosionar esa hegemonía, pero no podían hacerlo de tú a tú, existía una evidente desproporción de fuerzas, ante este hecho recurrieron a algo tan sencillo como las lecciones previas que podían encontrar en la historia. Ejemplos en los que un ejército en desventaja puso en jaque a ejércitos mucho mayores y mejor organizados sobraban, pero había 3 muy significativos que mostrarían el camino a seguir: escarceos y guerra de guerrillas.
- la guerra de independencia española 1808-14
- la guerra de los bóers a finales del siglo XIX y principios del XX
- la guerra de Palestina de 1936
Dicho y hecho, pondrían en práctica la medicina que ellos recibieron por dos veces, habida cuenta de que no podían enfrentarse en un cara a cara realizarían operaciones especiales que si bien no minarían la capacidad de la Wehrmacht si supondrían grandes inyecciones de moral y sobre todo, mantendrían entretenido al ejército y alejado de las zonas de elevado interés para los aliados, el mediterráneo y oriente medio concentrando las operaciones en el norte de Europa.
El término escogido para designar a esos pequeños grupos de operaciones especiales no fue complicado, lo sufrieron en sus propias carnes y es que es un término afrikáner que significa unidades militares, los COMANDOS. Al fin y al cabo el primer encargado de diseñar y desarrollar esta nueva fuerza operativa sería el teniente coronel Dudley Clarke, de origen sudafricano, formando esos comandos con integrantes de las desactivadas Compañías Divisionales Independientes. Aunque el nombre gustaba a Churchill no eran de la misma opinión numerosos oficiales del ejército precisamente por el infausto recuerdo de esos comandos y preferían referirse a ellos como"servicio especial", ambos términos convivieron hasta el final de la guerra.
Cada comando consistía en un cuartel general más 10 pelotones de 50 hombres, cada uno de los cuales incluía 3 oficiales (hasta 1941, cuando se organizaron 6 secciones de 65 hombras por cada Comando). Se crearon 30 comandos durante la guerra dentro del Ejército, los Marines Reales, la Royal Navy y la RAF junto con otras unidades de Fuerzas Especiales. Los del Ejército y Marines Reales se organizaron finalmente en 4 Brigadas.
Evidentemente empezar de cero tiene sus inconvenientes y casi sin tener tiempo para atarse las botas se vieron inmersos en su primera operación. Ésta era bien sencilla, pretendían cruzar el canal y atacar cuatro puntos al sur de Boulogne para poner a prueba las defensas alemanas y capturar algún soldado enemigo.
115 hombres en cuatro lanchas se lanzaron a la aventura la noche del 24 de junio de 1940. El resultado daría para una muy buena película, tal vez de la mítica Ealing,
La primera lancha se desorientó y desembarcó en una zona desierta, después de dar vueltas como tontos por la dunas durante varias horas decidieron volver a Inglaterra. Una segunda lancha sí llegó hasta un embarcadero con varios hidroaviones alemanes pero visto lo visto (inferioridad numérica manifiesta y 100% de probabilidades de palmar si entablaban un enfrentamiento directo) optaron al igual que la primera lancha por dar media vuelta.
Quedaban dos, pero gloria ninguna, la tercera lancha sí había conseguido su objetivo (o no), se cepillaron a un par de soldados alemanes y tras la euforia del hecho salieron a toda velocidad hacia Inglaterra para contarlo, una vez allí se dieron cuenta que ni habían registrado a esos soldados para obtener alguna información valiosa ni se habían preocupado en averiguar qué estaban custodiando esos dos guardias. La cuarta lancha podría recoger algo de gloria para repartir entre todos, aunque tocasen a poca, pero tampoco estuvo por la labor. A ésta se le estropeó la brújula y a punto estuvieron de entrar en el puerto de Boulogne, percatáronse del error y desembarcaron en una playa cercana desierta... vale, no tanto, había una patrulla de soldados alemanes EN BICICLETA, se produjo un enfrentamiento en el que resultó herido en una pierna un soldado por lo que dieron media vuelta como el resto.
Inicio glorioso no creo que pueda considerarse, eso sí, es evidente que no desistieron y aprendieron de sus errores, otro día contamos su primer éxito.
Fuente: Operaciones secretas de la 2ª Guerra Mundial, Jesús Hernández, Ed. Nowtilus
No parece que los integrantes de esos comandos fueran los alumnos más brillantes de sus colegios, pero tampoco puedes hacer cuando se te estropea la brújula.
ResponderEliminarBonita y amena lección de historia
ResponderEliminarEstupendo, Isra, es como leer un cuento de hazañas bélicos pero real.
ResponderEliminarLo que se desprende de todo esto es que ningún europeo estaba a la altura de las circunstancias en lo militar. Ahí tienes a Skorzeny y sus comando SS haciendo virguerías en territorio enemigo, lo que quería decir que hasta en eso los teutones estaban más preparados.
Pero, al parecer, aprendieron y pronto. Resulta increíble que un Ejército que tenía topas por todo el Mundo (India, Afganistan, Egispt, Arabia, Palestia, Sudafrica, etc. con sus batallas contra zulús o contra afganos tan bien contadas por KIPLING, no hallara el modo de adaptarse a esa guerra contra los nazis en plan guerrillas.
Felicitaciones. Me lo he pasado muy bien.
Buen relato. Y esperaremos al próximo ya que este ha sido un poco patético la verdad. Y como bien dices porque tenían el canal por en medio, que si no....
ResponderEliminarMejor que los comandos funcionaron los servicios secretos británicos. Y es que a esa gente se le da muy bien el espionaje y no sólo en las novelas de LeCarré.
ResponderEliminarInteresante post.
AL final, por mucho que prepares una misión siempre puede haber alguna nimiedad que dé al traste con toda la operación Aspirante (ya contaré cómo, tras meses de preparación concienzuda para asesinar a Stalin, se jodió toda la operación por un simple comentario inoportuno)
ResponderEliminarEs lo que nos pasa a muchos Mamuma, aprendemos, pero dándonos antes alguna que otra hostia.
ResponderEliminarTienes toda la razón Tella, da la impresión, mirándolo así (y no es equivocado), que el imperio británico era un gigante con pies de barro que más sobrevivía de glorias pasadas.
ResponderEliminarMítica la cagada de otro comando british para intentar asesinar a Rommel, pero esa es otra historia.
Entre todos la mataron y ella sola se murió Lorenzo, que fue lo que les pasó a los nazis, pero lo del Canal fue factor determinante, sobre todo en esa época en que la autonomía de vuelo de los aviones no era para echar cohetes.
ResponderEliminarPrometo un éxito de esos comandos, pero antes alguna que otra metedura de pata.
Efectivamente Bwana, fueron más determinantes los servicios de espionaje que las misiones suicidas de esos comandos, que buscaban más el efecto piscológico que causar excesivo daño al enemigo.
ResponderEliminarDescifrar Enigma y las encriptcaiones japonesas ganó la guerra.
Cuánta erudición guerrera, proclamo.
ResponderEliminarHay que estar preparado para cualquier eventualidad Maribel.
ResponderEliminar