Habemos volvido tras unos días ausente por motivos gatunos, y como dijeron los Queen, the show must go on.
Y hoy me ha tocado la vena cinéfila porque desayunando hace unas semanas escuché por la radio que El Mundo regalaba la mejor película de la historia del cine, El hombre tranquilo (The quiet man, John Ford, 1952).
Quien haya visto la película recordará la escena en la que John Wayne agarra del brazo a Maureen O'Hara (que bellezón) para besarla, sí, esa escena que homenajeaba, a su manera, Steven Spielberg en ET (E.T. The Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982). Pues bien, esa escena me ha recordado muchas otras que han pasado a la posteridad y están entre lo mejor de la historia del cine.
Para empezar... tres finales,
Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, Victor Fleming, 1939) "...francamente querida, eso no me importa..."
Casablanca (Casablanca, Michael Curtiz, 1942) "...Louie, presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad..."
Con faldas y a lo loco (Somo lke it hot, Billy Wilder, 1959)"... nadie es perfecto..." (sí, esa escena final en la lancha con Jack Lemon)
¿otras escenas memorables? pues Charles Chaplin jugando con el globo terráqueo en El gran dictador (The great dictator, Charles Chaplin, 1940), el vuelo de falda de Marilyn en La tentación vive arriba (The seven year itch, Billy Wider, 1955), el asesinato de Janet Leigh en la ducha gracias a la sobrevalorada Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), Slim Pickens montado en el cohete de Teléfono rojo, volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove, or how I learned to stop worrying and love the bomb, Stanley Kubrick, 1964), quien no recuerda a Charlton Heston de rodillas en la playa gritando al contemplar los restos de la estatua de la libertad en El planeta de los simios (The planet of the apes, Franklin J. Schaffner, 1968), o cómo el alien revienta el pecho de John Hurt (Kane) uno de los tripulantes de la Nostromo en Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) por no hablar del giro de 360º que da la cabecita de una jovencísima Linda Blair en El exorcista (The exorciste, William Friedkin, 1973), ¿y los helicópteros bombardeando Vietnam con la música de Wagner (La cabalgata de las Valkirias) de fondo en Apocalipsis Now (Apocalipse Now, Francis Ford Coppola, 1979), o cómo mueren ametrallados Faye Dunaway y Warren Beatty en Bonnie and Clyde (Bonnie and Clyde, Arthur Penn, 1967), por cierto, que bien le quedaba la boina a Faye Dunaway, no podemos dejar fuera ni el guantazo a Rita Heyworth en Gilda (Charles Vidor, 1946) ni la carrera de cuadrigas, otra vez con Charlton Heston, en Ben-Hur (William Wyler, 1959).
Y lo vamos dejando, las hay de musicales (7 novias para 7 hermanos, Cantando bajo la lluvia, Wide side story, The rocky horror picture show, Grease...), de westerns (El bueno, el feo y el malo, La conquista del oeste, La leyenda de la ciudad sin nombre con el gran Lee Marvin...), de comedias (TODAS las de los Hermanos Marx, Harold Lloyd, Buster Keaton, Jeery Lewis en El profesor chiflado...), de dramas (Qué fue de baby Jane, Johnny cogió su fusil, Días de vino y rosas...) y claro, cada uno tiene las suyas, faltaría más.
Pero he querido dejar para el final LA MEJOR SECUENCIA DE LA HISTORIA DEL CINE (y eso que la peli tiene varias, por no decir todas), y nos la dejó para el recuerdo Charles Laughton, en la única película que dirigió, única porque le dieron tantos palos cuando la estrenó que se le quitaron las ganas de repetir. Quien la haya visto no le dolerán prendas en reconocerme esa afirmación, La noche del cazador (The night of the hunter, 1952). ATENCIÓN "SPOILERS" la escena en cuestión es esa la que se ve a un pescador en el lago y la cámara sigue el sedal de la caña hasta el fondo del mismo y contemplamos el cadáver de Shelley Winters en el interior del coche... IMPRESIONANTE (ahí va, y una de propina que recuerda a otro clásico citado ¿sabéis cual?)
Si, me diréis que sólo hay pelis americanas, la verdad es que salvo algunas imágenes de Europa (Lars Von Trier, 1991) ¡¡ese tren!! o de Delicatessen (Jean Pierre Jeunet y Marc Caro, 1991) poco recuerdo del cine uropeo, pero lo que sí recuerdo son 3 grandes momentazos del otrora cine español, la mierda subvencionada de ahora no merece ser calificado como tal.
¡¡¡ Y AHORA ES CUANDO EMPIEZA EL VERDADERO POST !!!
(lo de antes era una mera introducción en la que dar a conocer mi erudición en temas cinéfilos...)
Pues bien, ahí van las 3 secuencias más memorables del cine apañol (aunque al final me han salido 5):
Todos al suelo (Mariano Ozores, 1981) esa escena en la que Pajares y Espeso salen corriendo de la sucursal bancaria al grito de "...no disparen, nos entegamos..." y se ponen con los brazos y las piernas abiertas contra la pared pensando que va a ir la poli a detenerlos y pasa uno por ahí y les dice ¿qué pasa? ¿sujetando el edificio? (tampoco se quedan atrás cuando, para extraer información al director de la sucursal, simulan el aplastamiento de testículo).
La verdad, para mí, aunque no ha sido la primera que he puesto, la mejor, la más grande, la más memorable y la más espectacular escena la podemos disfrutar en el gran éxito Yo hice a Roque III (Mariano Ozores, 1980), y quien roba todo el protagonismo en la escena es el gran Antonio Ozores, y es que el modo en el que come y escupe las pipas mientras entrena Pajares; no tiene precio.
Bueno, voy a meter una cuarta secuencia, aunque vaya la tercera, y es esa obra maestra (a pesar de que el director sea un miserable) que responde al nombre de Amanece, que no es poco (José Luis Cuerda, 1988), cuando llegan al pueblo Resines y Ciges (el mejor secundario de la historia del cine) y éste último al ver el pueblo desierto comenta "... aquí no hay ni dios o es que todos son aquí unos hijos de puta ¿eh Teodoro?, pueden ser unos hijos de puta que se hacen pasar por fantasmas..." (grande Ciges, pero que muy grande). Y hablando de secundarios de lujo, el gran Antonio Gamero, del mismo modo que nadie mejor que Agustín González para hacer de facha nadie mejor que Gamero para hacer de rojo (que lo era).
Vale, esos secundarios de lujo me han traído a la memoria otra película, Pasodoble (Jose Luís García Sánchez, 1988), con Juan Diego haciendo de señorito con un problema bastante delicado de eyaculación precoz, el caso es que no sé ni cómo ni por qué hay una escena en una casa de campo y un lugareño anda explicando a un japo (Tanaka) cómo se hace para para saber si van a poner huevos las gallinas, "... no te enteras de nada Tanaka, cuando vayas a Japón no vas a saber qué contarles, hay meterlas este dedo por el culo... ésta... ya ha puesto, ésta... ésta es la más puta..." MÍTICO
Y vamos terminando que tampoco el cine apañol da para más, y es con un clásico franquista, 15 bajo la lona (Agustín Navarro, 1959). Aquí volvemos a encontrarnos a Ozores (el Estupendo) haciendo de señorito que mantiene sus costumbres en el ejército y con la particularidad de que no dice nada, pues bien, en éstas que llaman a formar y él, impasible, completamente despreocupado, a su ritmo y sin importarle (porque ni se lo plantea) las consecuencias, y ante su absoluta parsimonia aproximándose al horror exclama "...cómo camina impasible hasta el desastre* (más o menos)..."
* lamentablemente tenía fresca en la memoria la peli (la vi en SOMOS hace cosa de mes y medio) pero me salvidao y no la he encontrado en su literalidad por ninguna parte, sorry.
Otro día más y mejor.
Isra, eres un cinéfilo.
ResponderEliminarEs humanamente imposible no dejarse algunas en el tintero, así que bastante bien el resumen, aunque la frase memorable del Sargento Highway...y también pondría algunas secuencias míticas de El Dorado y su anterior y casi calcada versión con Dean Martin en el lugar de Robert Mitchum (cantaba bastante mejor) aunque la escenita de la ipecacuana es mucho mejor con Mississipi (James Caan), y para servidora la escena de Rooster Coburn con el parche en el ojo y las riendas en la boca es casi insuperable.
ResponderEliminarEn cuanto a las ibéricas echo a faltar a Berlanga y las maravillas de Atraco a las Tres o a la Vicenta que salió mocita de Villarrioso y se enamoró hasta las cachas de su señoríiitoo....
Gracias Mamuma, se hace lo que se puede, jeje
ResponderEliminarClaro que sí Maribel, de Berlanga me encanta la de Moros y cristianos, Pajares se sale, y recuerdo una que me impresionó y me impactó, sobre todo por la frase final de la peli, con el grandísimo Jose Luis López Vázquez, la de Mi querida señorita.
ResponderEliminarY que te parece la de Eastwood de "... alégrame el día.."
Estupendas películas e inolvidables escenas, sí señor. Tampoco fue mala la saga de La Escopeta Nacional y Patrimonio Nacional. No tenía nada que ver ese buen cine con la porquería que hacen ahora los subvencionados.
ResponderEliminarEfectivamente Bwana, es que está Vd. hablando de Berlanga, y donde sale mi idolatrado Luis Ciges.
ResponderEliminarLos de ahora están tan satisfechos consigomismos que piensan que hacen obras de arte... que la mayoría no entendemos, por eso no dan un puto duro en taquilla.
Todas las pelis que citas, ya es raro y curioso siendo tú quien las elige, las ví en su momento. Pero me llama la atención que también vieras la de "15 bajo la lona" sobre las Milicias Universitarias, y que la ví cuando tenía 18 ó 19 años, (en donde también me tocó estar en un campamento de Montelarreina en Zamora).
ResponderEliminarTodas las escenas que citas son geniales.
Un actor que me entusiasmaba a mí, por lo buenísimo que era, es Charles Laughton.
Ahhh, se me olvidaba : es impresionante la actuación de Peter Ustinov en NERÓN, cuando le comunican la muerte de Petronio y pide "el vaso de lágrimas".
ResponderEliminarDon Tella, no se sorprenda Vd. y es que he de reconocer dos "guilty pleasure" y es que me quedo sin poder cambiar de canal viendo:
ResponderEliminar- las distintas teletiendas
- españoladas del canal SOMOS
Y me gusta el cine franquista, es curioso cómo muestran una sociedad feliz y despreocupada bajo el férreo puño de un dictador que mandaba a sus ciudadanos a gulags (las chicas de la cruz roja, botón de ancla, etc...) y los exterminaba en cárceles infrahumanas.
Y hablando de clásicos, Spencer Tracy de lo mejorcito.