En ocasiones utilizamos los blogs como mero entretenimiento, sin hacernos eco de las injusticias que se cometen a diario en los lugares de trabajo, pues bien, voy a denunciar la estafa continuada que algunos compañeros de edificio sufren a diario, yo no, cada vez tomo menos café y cuando lo hago tengo cafetera, microondas y nevera en la oficina.
Hoy estaba de bajón (esta puta caló acaba conmigo fijo) y no disponía de elementos necesarios en la oficina para prepararme un café y acompañarlo de la bollería necesaria, asín que de lo cualo he pensado en bajar a la máquina del café, ubicada en la primera planta del edificio lo que me ha obligado a desplazarme dos plantas en ascensor (y es que con esta caló cualquier ejercicio gratuito es contraproducente para mi delicada salud... menos mal que al menos el aire acondicionado funciona a las mil maravillas y hace que recupere pronto el ánimo).
Pues eso, que en esos momentos de debilidad el cuerpo pide dulce, bien, ojeo en la máquina contígua a la de cafeses la de bollerida y localizo una palmera de chocolate exquisita, por curiosidad antes miro el precio y resulta que me van a clavar 65 céntimos, nada mal de precio pienso yo, doy al botoncico, gira la ruleta y.... la hija de la gran puta desafiando cualquier tipo de ley física se mantiene en un extraordinario equilibrio que impide que caiga, y eso que con mi musculatura he zarandeado la puta máquina hasta casi desmontarla, pero ni por esas, seguía al filo del abismo sin descomponerse, opto por el plan b, un bollo de chocolate relleno de chocolate, procedo a teclear el código, gira el rodillo y... vuelve a pasar lo mismo, pero esta vez he tenido suerte, del par de meneos que le he atizado a la máquina el gancho ha soltado a su presa que ha caído al cajón y no sólo eso, marcaba intacto el euro de saldo disponible así que he sacado una caña de chocolate rellena de crema por la patilla.
Y ahora es cuando me han llevado los demonios, hace casi cinco años, esta máquina ofrecía cafeses con leche por 30 céntimos, pues bien, ahora son 45 céntimos, los vasos son la mitad de los de antaño y encima los llenan por la mitad, resumiendo, me han tangado la pasta.
No obstante, como dicen que una imagen (en este caso 3) valen más que mil palabras ahí va eso...
Hoy estaba de bajón (esta puta caló acaba conmigo fijo) y no disponía de elementos necesarios en la oficina para prepararme un café y acompañarlo de la bollería necesaria, asín que de lo cualo he pensado en bajar a la máquina del café, ubicada en la primera planta del edificio lo que me ha obligado a desplazarme dos plantas en ascensor (y es que con esta caló cualquier ejercicio gratuito es contraproducente para mi delicada salud... menos mal que al menos el aire acondicionado funciona a las mil maravillas y hace que recupere pronto el ánimo).
Pues eso, que en esos momentos de debilidad el cuerpo pide dulce, bien, ojeo en la máquina contígua a la de cafeses la de bollerida y localizo una palmera de chocolate exquisita, por curiosidad antes miro el precio y resulta que me van a clavar 65 céntimos, nada mal de precio pienso yo, doy al botoncico, gira la ruleta y.... la hija de la gran puta desafiando cualquier tipo de ley física se mantiene en un extraordinario equilibrio que impide que caiga, y eso que con mi musculatura he zarandeado la puta máquina hasta casi desmontarla, pero ni por esas, seguía al filo del abismo sin descomponerse, opto por el plan b, un bollo de chocolate relleno de chocolate, procedo a teclear el código, gira el rodillo y... vuelve a pasar lo mismo, pero esta vez he tenido suerte, del par de meneos que le he atizado a la máquina el gancho ha soltado a su presa que ha caído al cajón y no sólo eso, marcaba intacto el euro de saldo disponible así que he sacado una caña de chocolate rellena de crema por la patilla.
Y ahora es cuando me han llevado los demonios, hace casi cinco años, esta máquina ofrecía cafeses con leche por 30 céntimos, pues bien, ahora son 45 céntimos, los vasos son la mitad de los de antaño y encima los llenan por la mitad, resumiendo, me han tangado la pasta.
No obstante, como dicen que una imagen (en este caso 3) valen más que mil palabras ahí va eso...
Lo siento Isra, soy unas ladronas.
ResponderEliminarTe están timando, Isra. Cambia de empresa. Las que mejores cafés y más cantidad dan dicen que se hallan en Territorio Sioux.
ResponderEliminarTú verás.
Lo que pasa Mamuma es que es de las que menos roban... si te bajas a la cafetería de la esquina te sablan 1,40 por un café con leche, pero al menos tienen tele y te enteras de lo bien que va todo.
ResponderEliminarNos ha jodido Tella, como que si te van unos guarrindongos de pelo extraño a decirte que eches más leche no la echas... con esos modales tan exquisitos que se gastan no es raro, lo que ocurre es que gente sin formación piensan que son métodos gansteriles.
ResponderEliminarPor 45 céntimos de nada no me parece que se le pueda exigir mucho a la maquinita. Si, encima, aguanta las embestidas furiosas de los clientes, en ocasiones regala el producto y todo sin emitir una queja, ya me gustaría tener una a mano.
ResponderEliminarAu contraire Bwana, aunque sólo sean 45 céntimos no se puede echar el equivalente a 10 céntimos en un vaso, al menos pon vasos más pequeños para que no se note tanto la estafa, esa jugada (producto gratis) sale 1 de cada 5 y aunque no se queje sabe dar donde duele y es que en numerosas ocasiones, como no eches el precio justo, se queda con el cambio... lo mejor es como hago ya (salvo excepciones como la de ayer), cafelito en la ofi y croisantitos de casa.
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