Sí sí, ya se que estáis impacientes por conocer las soluciones, pero tendréis que esperar al final del artículo (güeno, güeno), que no viene mal leer un poquito...
Publicado por Damián Ruiz en el Manifiesto el pasado 19 de diciembre de 2009
En este artículo trataré de mostrarles la estrategia y métodos que deben utilizar para destruir una civilización, la nuestra claro. Todos los puntos que vienen a continuación son derivados del actual ideario progresista, que incluye la amalgama ideológica que abarca desde el socialismo democrático hasta el comunismo nostálgico, pasando por todos los sectores, incluido el individualismo a ultranza, que de una forma más o menos velada pretenden acabar con cualquier asomo de identidad colectiva.
Seré breve y escueto. Sigan con atención:
1. En primer lugar es necesario generar y extender la idea de que los elementos de nuestra tradición son un problema para la libertad social e individual.
2. Después hay que identificar los elementos de la tradición propia: instituciones, símbolos, fiestas o costumbres, y empezar a mofarse de ellos. De todos es sabido que el humor ayuda a relativizar, y es un primer paso necesario para el subsiguiente ataque.
3. Posteriormente al humor se le añadirá su denigración, buscando cualquier punto débil que desvirtúe su imagen ante la opinión pública.
4. Una vez todos los símbolos de nuestra tradición, -después de haberlos socavado y mermado de mil y una manera diferentes-, se muestren ante la sociedad como vulnerables es necesario empezar a cuestionar su necesidad.
5. Una vez los miembros de la sociedad hayan decidido despreciar, rechazar, desprenderse o minimizar los elementos propios de su identidad, se hace necesario empezar a fomentar otras identidades culturales foráneas.
6. Si estas nuevas identidades produjeran algún inicial rechazo en la población autóctona, es necesario:
a. Hacer pedagogía social a favor de la tolerancia
b. Convertir a los que defienden la propia identidad en intolerantes y extremistas
7. Si se quiere destruir la propia cultura es imprescindible que se inviertan en a y b ingentes cantidades de dinero, presión mediática y calculadas estrategias de ingeniería social.
8. Previamente a todo ello habrá que conseguir que la propia sociedad entre en decadencia, pierda una visión clara de colectivo y se diluya cualquier idea de cultura o civilización propia.
9. Para ello es bueno generar elevadas dosis de frustración que el sistema ya se encargará de convertir en fracaso individual para que la autoestima de cada individuo se vea tan deteriorada que no pueda ser consciente que no es más que una víctima de una situación cerrada.
10. Será necesario deteriorar el espíritu hasta que casi quede diluido. De esta forma cualquier tipo de compulsión se activará como mecanismo compensador de la decadencia personal.
11. El relativismo deberá incidir especialmente en mermar todo principio de autoridad. Las familias y las escuelas deberán generar individuos narcisistas y caprichosos, de esta manera podremos asegurarnos su debilidad futura como componentes del ente social, lo cual garantizará la atomización y fragilidad colectiva.
12. Una vez completamente allanado el terreno, y con la colaboración de todos los enemigos propios de nuestra civilización, la progresía relativista para entendernos, será necesario defender a ultranza el derecho de las culturas foráneas a implantarse y desarrollarse en nuestras yermas tierras (y que conste que las culturas foráneas hacen lo que deben de hacer, en ellas no hay mala voluntad como sí que la hay en cambio en los enemigos internos y propios de nuestra civilización).
13. Habrá que proteger y apoyar la expansión de las culturas foráneas mientras se sigue mermando y atacando la nuestra. Y aquí me remito a los apartados a y b del punto seis.
Dicho esto quisiera finalizar con una reflexión quizá incómoda, porque una cosa es sentir respeto por cualquier persona de cualquier cultura o religión que se muestre fiel y respetuoso con ella, y que trate de seguirla y venerarla en cualquier lugar del mundo donde esté y otra, no incompatible con lo anterior, es defender la propia identidad y los símbolos de la tradición política y cultural autóctona.
Y el respeto que merecen estas personas se convierte en rechazo por todos aquellos que, desde dentro, están tratando de derruir nuestra civilización hasta convertirla en un lugar sin alma, sin espíritu y con un grave deterioro de lo humano que lleve a la población a vivir en una insatisfacción permanente revestida de puerilidad.
Por último, es cierto que nuestra identidad cultural colectiva y nuestra tradición deben evolucionar y en ella ya no puede haber lugar ni para el racismo ni para la homofobia ni para ningún tipo de discriminación hacia la mujer, pero es necesario volver a recuperar esa identidad, regenerarla, elevarla y darle total y absoluta prioridad.
SOLUCIÓN AL ENIGMA DEL BILLETE
puso en el mostrador dos monedas de 50 centavos
SOLUCIÓN AL ENIGMA DE LAS 5 PUERTAS
hay que escoger la puerta 2, no hay corriente en la casa así que la silla eléctrica no funcionará
Yo sigo erre que erre, y prefiero mis soluciones; como bien decías ayer, sera mi espíritu navideño.
ResponderEliminarLa destrucción de toda una sociedad es algo muy curioso, o por lo menos el cambio. Si bien es cierto mucho de lo que nos expone Damián Ruiz, no deja de ser cierto que una cultura como la nuestra que durante generaciones siempre fue emigrante y ayudo (y continua ayudando) a levantar países, se le diga ahora racista y xenófoba; y que sea precisamente por el trato (?) que se le dispensa al morisco donde más aprecian ciertos tipos de intolerantes el racismo de la sociedad española (?); también se suele decir el maltrato que damos a los negros (porque negros son, al igual que nosotros blancos y eso no lo considero ser racismo, pero igual es que soy racista por algunas ideas políticamente correctos), perola diferencia entre unos y otros es que unos si se quieren integrar y los otros quieren que se les devuelva lo que consideran suyo, Al Andalus, respeto... claro que si, a todo el mundo, pero el mismo que pido yo, a todo aquel que entra como invitado en mi casa; y esto es lo que los progresistas de nuevo cuño parecen que no quieren entender.
Podría seguir pero creo que me lío demasiaaaado.
Pues tienes más razón que un santo, con la mierda de lo políticamente correcto y los eufemismos (subsahariano, etc) como llames simplemente a las cosas por su nombre ya eres racista.
ResponderEliminarPues señores son negros, moros, etc, e igual que hay bastantes que se integran hay muchos que ni lo hacen ni respetan nuestras normas más básicas de convivencia.
Yo siempre digo lo mismo cuando nos recuerdan que fuimos emigrantes, que me saquen hemerotecas de sus países de destino donde aparezcan sus crímenes, el porcentaje de población reclusa que era de origen español, etc... hay emigración y emigración.
Lo que lo joden todo son los putos piprogres...
Se nota que me he encendido un poco ¿no?
Ya me perdonarás, ISRA, de que hoy no te deje comentario alguno porque estoy con un TRANCAZO del carajo, debe de ser la Gripe T Gripe H, de Terrible y Horrorosa.
ResponderEliminarEl TRICEALOGO ese es muy bueno. Debiera de ser expuesto a la entrada de todas las misas dee Europa, que es cuando hasta los progres leen algo ajeno a lo suyo, y porque ellos también van a las misas, por si las flais.
Tella, me temo que los virus te tienen cogida la medida, cuídate
ResponderEliminarMuy bien traído el artículo de Damián Ruiz. Eso sí, cabrea bastante leer tantas verdades.
ResponderEliminarUn artículo realista, y por eso jode leerlo
ResponderEliminarAdemás del cabreo Bwana lo que jode es que se les ve venir desde hace tiempo... pero no pasa nada.
ResponderEliminarEn estos momentos recuerdo las sabias palabras de su antepasado, los fusilaría con mierda a todos
Mamuma, y de estos artículos tienes a diario en numerosos medios casi sin repercusión porque ya sabemos quienes crean opinión, Belén Esteban y Gabilondo... la misma basura son
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