Y de nuevo estamos aquí, aunque no excesivamente contento, se dice, se comenta, se rumorea que el éxito de estos debates tienen que ver con la presencia en ellos de mis primas...evidente, digo yo.
Son ellas las que plantean las inteligentes preguntas, son ellas las que ponen el dedo en la llaga y son ellas, en última instancia, las que tienen que devanarse los sesos todas las semanas para traer aquí un tema de actualidad.
Esta semana había dónde escoger, la llegada del horrible verano en breve, la marcha de una primavera loca, la proximidad en unos meses del otoño y, sobre todo, que no queda na pa las navidades. Ay, las navidades, con esos turrones sin azúcar, sin almendras, sin calorías... sin alma, lo que viene a ser una puta mierda de turrones.
Reivindico ese turrón duro que acaba con las dentaduras más curtidas, ese turrón blando que se deshace y te gotea durante meses, esos piñones anacrónicos que ya no te pone ni tu abuela, esa fruta escarchada que tenía una textura similar a la del ojo de un pez recién arrancado y masticado con fruición, esos mazapanes que no han vuelto a ser los mismos, y sobre todo, el turrón que vuelve a casa por navidad y que provocaba unas lagrimitas hasta al más pintado (bueno, a todo cristo menos a Rubalcaba).
Pues eso, que tenemos a la vuelta de la esquina la navidad y a la Adalserta le ha surgido la pregunta de la semana, en Nochebuena ¿carne o pescao?
Son ellas las que plantean las inteligentes preguntas, son ellas las que ponen el dedo en la llaga y son ellas, en última instancia, las que tienen que devanarse los sesos todas las semanas para traer aquí un tema de actualidad.
Esta semana había dónde escoger, la llegada del horrible verano en breve, la marcha de una primavera loca, la proximidad en unos meses del otoño y, sobre todo, que no queda na pa las navidades. Ay, las navidades, con esos turrones sin azúcar, sin almendras, sin calorías... sin alma, lo que viene a ser una puta mierda de turrones.
Reivindico ese turrón duro que acaba con las dentaduras más curtidas, ese turrón blando que se deshace y te gotea durante meses, esos piñones anacrónicos que ya no te pone ni tu abuela, esa fruta escarchada que tenía una textura similar a la del ojo de un pez recién arrancado y masticado con fruición, esos mazapanes que no han vuelto a ser los mismos, y sobre todo, el turrón que vuelve a casa por navidad y que provocaba unas lagrimitas hasta al más pintado (bueno, a todo cristo menos a Rubalcaba).
Pues eso, que tenemos a la vuelta de la esquina la navidad y a la Adalserta le ha surgido la pregunta de la semana, en Nochebuena ¿carne o pescao?
Pues a la Anaserta les puedes decir que pruebe ambas dos y luego nos cuente y ya sabes que si me invita yo mismo puedo llevar la carne jajaja, aunque como nuestro gran líder nos propuso, lo mejor sería que comiese conejo que es más barato y hay en abundancia...joder que sería de unas navidades sin turrón del duro y del blando?!...
ResponderEliminarQué pregunta hijo, las dos cosas...unos langostinillos o unas almejas junto a un asado para tan magna ocasión...y yo sigo con los piñones y las peladillas y todavía tengo por chupetear los que sobran, que son casi todos...
ResponderEliminarVaya bragamen incomodísimo-pero muy mono- el de la Adalberta.
SERTAAA
ResponderEliminarSin duda alguna la clave está en las inteligentes preguntas de tus primas, y no por otra causa alguna.
ResponderEliminarCarolvs, que es un salido y ultimamente está muy italianizado, se fijará en detalles menores como las puntillas de las braguitas o nimiedades similares. Es la edad.
A propósito, como insinua Maribeluca, esas braguitas tienen que ser muy incómodas para ir a hacer pis junto a un árbol en la carretera cuando no hay estaciones de servicio cerca, o cuando se meta en una caravana de salida de Madrid en un puente y durante las largas horas de estar parado el coche detrás de otro y delante de un millar más.
En Nochebuena nada como un besugo asado en besuguera de Guetaria u Orio, y un cabrito al horno.
En caso de que Anaserta quiera ampliación de explicaciones queda invitada a que se lo muestre en vivo.
El turrón, dile a Anaserta que, hay que comerlo en Octubre porque en Navidad indigesta toda celebración gastronómica previa.
Estoy de acuerdo con el mérito de tus primas.
ResponderEliminarYo me quedo con ambas:la carne y el pescado.
Ayyy, me encantan esa bragas que dejan el culo al aire, jajajajaja..., es que con estas calores vienen muy bien para ventilar la trasera jajajaja...
ResponderEliminar¿Has visto también esos sostenes que consisten en dos aros y unos tirantes dejando al viento el tetamen? Ohhh, qué maravilla.
Voy a ver si existen en el mercado unos calzoncillos que dejen la pilila fuera, si los encuentro os prometo unos a Carolvs, a ti y al Tella.
Ohhhhh..., qué comodidad para bailar el aurresku o la jota baturra, jajajajaj...
Por cierto, lo más cómodo en Navidad es la carne a la que se le puede dar un último golpe de horno antes de cenar, eso sí, acompañada de una buena fuente de marisco.
hablando de Orio tella, en MadriZ han abierto un bar de "pintxos" vascuences en el que sirven hasta ostras, lo que nos gusta copiar las costumbres de allende la sierra de guadarrama y el jarama
ResponderEliminarCAROLVS
ResponderEliminarYa es hora de que vayas cayendo del guindo y te quede grabado que los vascos ( no los vascuences)os enseñamos a comer a los madrileños. Hasta que llevamos nuestros changurros, besugos, rapes,chuletones de kilo y las ostras con champagne para desayunar, no saliaís del bocata de boquerones en vinagreta y del cochinillo asado.
En marisquería fueron los galegos ls que os enseñaron. Y aún así seguís comiendo mucho cocido y mucha sardina en lata.
y yo que el único Orio que conozco era orio al Serio, que es el aeropuerto de Bergamo a donde voy para ir a visitar a la ragazza jajaja
ResponderEliminarElena ya te puedo yo decir que correr en pelotas con todo el cimborrio moviéndose de arriba a abajo no es nada cómodo...no sé yo como hacían los griegos clásicos para hacer deporte en bolas...
ResponderEliminar¿Lo has experimentado, Carolvs? Cuenta cuenta, jajajajaj...
ResponderEliminarQueremos detalles jajajajajajinsssss que me desorinoooooo....
No pero basta que uno vaya en bolinga del baño a la habitación tras una ducha a coger algo para darse cuenta que si caminar ya es duro correr debe ser como un cascanueces jajaja
ResponderEliminarHablando de culos y cimborrios jeje menudo espectáCULO grotesco el de los ciclistas indignos en pelotas por Madrid...(y qué pestazo el sillín)
ResponderEliminarEstarás contento con la que has liado isra...
Saludos a todos.
No entiendo tanto comentario respecto a unas simples bragas rotas. La pobre Anaserta ha debido recibir el asalto de un sádico puesto que en la otra foto, además, se ve que le han atado las muñecas. Lo lamento por la muchacha, pues me cae bien su mirada.
ResponderEliminarRespecto a las próximas Navidades, preferiría que no se tratara del asunto; sólo de leer lo del besugo asado de Tella y los turrones, he engordado 500 gramos.
Pues no me ha quedado claro si carne o pescado, y no sólo eso, la verdad, yo no sé como podéis ver otras cosas... yo sólo veo una, ni rastro de muñecas atadas, ni rastro de encajes, estáis mu mal. Por cierto, después de vuestros comentarios ni yo (ni ella misma) sé ya su nombre correcto.
ResponderEliminarCarolvs, yo sí que me comería el conejo... ese del que habla el gobierno, todo sea por ahorrar.
Maribel, me agrada comprobar que trabajas productos de toda la vida como los piñones y las peladillas.
Tella, ten por seguro que la hablaré de las cualidades gastronómicas de aquella zona y que pruebe (me dice que si el cabrito que metéis al horno es Alfred va YA MISMO)
Así me gusta Mamuma, ni papá ni mamá, los dos
Y para rematar la faena en la playa Elena, los mini mini bikinis que consisten en poco menos que una tirita que tapa lo justo la hucha, jajajajaja. Mujer pragmática vive dios con lo de la carne y el toque de horno.
Bwana, lleva Vd. razón, sobre todo ahora que estoy recién llegado del gimnasio marcando hasta el último músculo de mi cincelado cuerpo y no me apetece más que oír hablar de batidos de proteinas.
En fin, feliz navidad a todos (uy, que viene la Pajillas y la otra... y a todas)
Yo le diría a Adalserta, que mientras nos lo pensamos, podemos ir brindando con un buen champán (nada de cava, que se jodan los catalufos)
ResponderEliminarBuena idea Aspirante, yo me apunto
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